Comunicarse desde la panza
Ya, desde la panza, lo mejor es empezar a estar en contacto con el bebé.
A veces pienso, y creo que ya se los he contado, cómo hubiera sido haber planificado la llegada de mi primer hijo. El llegó de sorpresa, y su personalidad ha sido casi la misma desde chiquito: una persona calmada, sin tantas vueltas y pura paz. En su vida nada es ni tan pensado ni tan planeado de antemano. A veces pienso que tendría que aprender más de él.
Soy de las que cree que nunca hay un buen momento. Para la mayoría de las cosas importantes el momento siempre es pésimo o, por lo menos no el ideal. “Algún día” hubiera respondido en aquel momento, con 20 y pocos años, ante la pregunta de para cuándo la maternidad. ¿Alguna se siente identificada, verdad?
Pero gracias a mi primer hijo me llené de coraje, me sentí bendecida, y él me dio un curso intensivo sobre cómo amar a alguien más que a mí misma. Como dice José Saramago: “Ser padres es el mayor acto de coraje que alguien puede tener, porque es exponerse a todo tipo de dolor”.
Un dato curioso, el otro día leí que el ser humano soporta 45 unidades de dolor pero que en el momento del parto una mujer debe soportar 57. Aunque el dolor físico del parto se convierte en un mínimo detalle en comparación con los dolores que vendrán y la incertidumbre constante de estar, o no, actuando correctamente.
Gracias a todo ese dolor, a mis miedos e incertidumbres, nació este lindo proyecto que es Mamá & Bebé, que ya lleva 15 años ininterrumpidos. El fin fue ayudar a sacarnos esas dudas, calmar esos temores y acompañarlos en este camino tan lindo pero tan lleno de obstáculos como es la maternidad.
Espero les guste este edición, está realmente completa y hecha, como siempre, con mucho amor.
Hasta mayo.
Rosina Campomar
Ya, desde la panza, lo mejor es empezar a estar en contacto con el bebé.
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