Vaivenes del post parto
Un tiempo para adaptarse a nuevos ritmos, que mejor tomárselo con paciencia y cabeza distendida. Todo es nuevo, las demandas del bebé están a la orden del día y al papá mejor integrarlo.
La búsqueda de la perfección es un aspecto inquietante de la vida actual. Y las recientes mamás no se escapan de esas exigencias a veces crueles. Tal como lo muestra el estudio “Real mothers Heard”, una investigación elaborada por la consultora Edelman Berland a pedido de Dove, las madres enfrentan presiones ante la necesidad de satisfacer estándares de perfección, como si la maternidad se tratara de una carrera, una competencia o un concurso de belleza.
Para donde mire, una madre joven se enfrenta con consejos diversos y muchas veces contradictorios. Expertos legítimos, comentaristas o “autodefinidos” expertos, expresan opiniones acerca de cuál es el modo correcto de criar y cuidar a los hijos. El torrente de consejos puede, sin embargo, tener efectos negativos. Aunque se busque estimular un diálogo útil, se da la consecuencia no deseada de que una madre reciente puede sentirse en conflicto y cuestionar las decisiones que está tomando. Pese a que sabe, intuitivamente, que aquello que es bueno para el bebé de otra persona puede no serlo para el suyo, su habilidad para escucharse a sí misma y a su bebé se debilitan.
Al iniciar el maravilloso proceso de la maternidad, una mujer debería ser libre de sentirse emocionada y aprender a hacer las cosas a su manera. Estos sentimientos son, sin embargo, debilitados por la vulnerabilidad, la inseguridad y la preocupación.
Si a este mix le agregamos la presión que las mujeres experimentan por la perfección física y la belleza, que al día de hoy implica ser delgadas, tener mucho busto y colas redondas, es posible suponer que las preocupaciones sobre el cuerpo cobran relevancia durante el embarazo y el post-parto. Desde mi punto de vista, esta investigación confirma la intensidad de dicha presión, que conduce a muchas mujeres a considerar la cirugía estética inmediatamente después de dar a luz. En lugar de experimentar los ritmos íntimos del vínculo, respondiendo a las necesidades de sueño, comodidad y alimentación del bebé, la nueva madre comienza a preocuparse por su propia recuperación y se siente por demás agotada durante esta etapa, que ya es de por sí emocional y físicamente demandante. Sin quererlo, se está negando a las mujeres la comodidad de conocerse a sí mismas en su nuevo rol, en esta nueva relación y en la construcción de su familia.
No me sorprende entonces que al experimentar tal ansiedad y preocupación, la confianza en sí misma de una madre se vea amenazada. Ve involuntariamente frustradas sus mejores intenciones de entregarse totalmente a la maternidad. Se genera un ciclo en el que ella busca los consejos que necesita para sentirse tranquila en revistas o en Internet, pero lo que encuentra con frecuencia son mensajes aún más contradictorios e incompatibles. La idea de que encontrará su camino (que quizás sea muy diferente al de su vecina o incluso al de su propia madre o al de los expertos) se ve eclipsada.
“Al iniciar el maravilloso proceso de la maternidad, una mujer debería ser libre de sentirse emocionada y aprender a hacer las cosas a su manera”
La nueva vida es crucial. Aunque las nuevas madres seguramente tendrán muchas preguntas, sus bebés y sus vidas seguirán un camino propio.
Si este proceso no se ve afectado por la necesidad de satisfacer ciertos estándares de perfección en la maternidad, ella será más feliz, su bebé será más feliz y estarán rodeados de un sentimiento de bienestar que podrán disfrutar a lo largo de sus vidas.
SusieOrbach
Psicoterapeuta,psicoanalista y escritora londinense
Fecha |
01/11/2016
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Un tiempo para adaptarse a nuevos ritmos, que mejor tomárselo con paciencia y cabeza distendida. Todo es nuevo, las demandas del bebé están a la orden del día y al papá mejor integrarlo.
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