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Febrero/2017

La familia ilustrada, según Laura Gutman, ¡y su hijo!

Un libro que plantea, entre tantas otras cosas, un acercamiento amoroso a los múltiples desafíos de la maternidad y la vida en familia en nuestros días, desde las fantasías en torno al parto, hasta el rol de la computadora y el iPod o el eterno problema de la vocación del adolescente. Con el plus de ilustraciones que apelan al humor del hijo de Laura Gutman, un dato no menor.

Con una delicada combinación entre arte y humor Laura Gutman nos muestra en “La familia ilustrada” la multiplicidad de acontecimientos que cualquier padre o madre deben enfrentar día a día. En un trabajo conjunto con el artista plástico e ilustrador Micael, que además es su hijo, la autora recorre los fenómenos cotidianos de la vida en familia, con especial énfasis en la desesperación de los padres ante situaciones para las que nadie los preparó.
En este camino, Gutman expone la interacción entre los estilos de crianza de las diferentes generaciones, suavizando a través del humor las diferencias que comúnmente se presentan. Al decir de Gutman durante gran parte del libro las temáticas son abordadas desde la “criatura interna” que persiste en todos nosotros, lo que nos aporta una visión muy divertida sobre el mundo de los adultos.
Podremos encontrar a lo largo de sus páginas un abordaje muy claro sobre las temáticas que propone, con desarrollos conceptuales muy completos, sin apartarse de la línea humorística. Es así que la obra se encuentra dividida en 18 capítulos de amplia diversidad temática y rápida lectura.


Capítulos para todos los gustos
“Mitos, fantasías y verdades sobre los partos occidentales” es el primer capítulo del libro, en el cual realiza un recorrido histórico sobre el embarazo y las diferentes formas de dar a luz. En el incluye el rol del varón, los cambios afectivos, cesáreas y los partos en casa. En este primer capítulo encontraremos ingeniosas ilustraciones sobre los días en el sanatorio al momento del parto.
La línea de tiempo que traza la autora continúa con la vuelta a casa y la lactancia en los capítulos siguientes. Así, las nuevas rutinas, la soledad de los primeros días y la inseguridad son abordadas con un importante condimento: la visión desde la óptica de una mamá real. En este punto la autora instala una de las temáticas que mayores dudas despierta: el rol de las abuelas.
Con el bebé ya en casa aborda la temática de la “soledad” de los primeros meses, el vínculo íntimo de la mamá con su femineidad, y la convivencia con los diferentes estados anímicos que la visitan.
“El bebe real, ese que demanda, llora exige y no duerme” es quizás uno de los capítulos con que las mamás podrán identificarse con mayor facilidad. Los cuadros humorísticos retratados por Micael incluyen la figura del padre. La falta de sueño, los conflictos en la pareja y la desesperación son abordados con humor y mucha claridad. Las mamás podrán encontrar aquí un espejo en el cual mirarse e ideas muy valiosas para entender sus procesos interiores.
El capitulo “Desde el punto de vista del bebé” instala una forma de ver la realidad a partir de la “criatura interior” que todos llevamos, según la autora. Aquí el gran tema es la decodificación de las comunicaciones del bebé.
Continuando con el abordaje de las temáticas cotidianas, la autora le dedica un capítulo especial a la alimentación. En “El pan nuestro de cada día” encontraremos retratados los infructuosos intentos de alimentar a un bebé cuando no quiere comer, y por si fuera poco, la experiencia de ir a un restaurant con niños pequeños. El uso de la mamadera, la comida saludable, la mesa familiar y la cena todos juntos son sólo algunos de los temas que la autora pone sobre la mesa.

“El pan nuestro de cada día es el título del capítulo dedicado a la alimentación, desde los infructuosos intentos de alimentar a un bebé cuando no quiere comer, a la experiencia de ir a un restaurant con niños pequeños”


La figura del papá también tiene su lugar en libro. Si bien durante todo el recorrido podremos ir viendo desde distintitos ángulos la visión del padre, la autora le dedica un capítulo. La presencia de los papás en las reuniones escolares, en las visitas al pediatra, y la posibilidad de hablar de sus emociones son algunos de los temas que Laura Gutman nos acerca en el capítulo “El papá moderno”.

“No podía faltar un capítulo dedicado 100% al padre, a esos papás de ahora y modernos, los que van al pediatra, a las reuniones escolares, y hablan de sus emociones”

Con “Enfermarse a veces está bueno” comienza el recorrido a través de situaciones cotidianas con niños más grandes. Aquí nos aporta una interesante visión sobre los mensajes “entrelíneas” a través del “sentirse mal”, o no tener ganas de ir a la escuela. Así, la necesidad de pasar más tiempo con los padres y el descanso de las largas rutinas se esconden tras los síntomas pasajeros.

“Según la autora esos niños que se enferman con síntomas pasajeros, están queriendo decirle algo a sus padres, que necesitan más tiempo con ellos y zafar un poco de tanta rutina y exigencias”


La conformación de las familias modernas se aborda con especial humor a través de las ilustraciones de Micael, en el capítulo “Los tuyos, los míos, los nuestros”. Aquí se aborda el recorrido de cada familia hasta llegar a “los nuestros”, poniendo sobre la mesa el juego de presencia-ausencia de los ex cónyuges y la necesidad de construir una nueva forma de funcionar. Más adelante la autora se focaliza en los procesos más violentos durante los cambios familiares. En “Historias violentas” aborda los divorcios conflictivos, tenencias y violencia conyugal.
Gutman le dedica un capítulo especial a los “Psicoterapeutas infantiles”. Los límites, dormir solo, y otros grandes temas en la crianza son abordados con un humor crítico. El gran abanico de especialistas tiene su lugar en este capítulo, en el cual la autora muestra las dificultades que deben enfrentar los padres para la puesta en práctica de los consejos técnicos.

“Amor y muchísima dedicación es la mezcla que Gutman recomienda para hacer frente a esta gran aventura de ser padres”

Ubicados en el contexto de una familia moderna el recorrido continua con la presencia de la tecnología y dispositivos digitales en la vida familiar. Esencialmente la autora aborda el “rol de compañía” que ocupan los dispositivos, en ausencia (y presencia) de los padres. De esta manera trasciende el ambiente del hogar para tocar otras temáticas de contexto social como el alcohol, las drogas y el consumo en general.
La adolescencia también tiene su lugar en el recorrido de estas páginas. Comenzando por los cambios físicos y la nueva distancia que los padres deben conocer, se ilustra con gran sensibilidad muchas de las experiencias más movilizantes de tener un hijo adolescente. Las dificultades a la hora de elegir una vocación y los primeros amores son abordados con un gran sentido de realidad, vistos a través de los ojos del adolescente.
Para finalizar, la autora destaca los enormes beneficios de la vida en sociedad y del contacto con los demás. Los ritmos de vida, la alimentación y el contacto con la naturaleza comienzan a cerrar un vasto recorrido temático, en cuyas ilustraciones encontramos una riquísima manera de comunicar. Amor y muchísima dedicación integran la fórmula que la autora recomienda para hacer frente a la fascinante aventura de ser padres.


Un adelanto para tentarse… 
En la medida en que los divorcios se van haciendo más frecuentes, las mujeres y los varones habitualmente volvemos a emparejarnos y de esas uniones nacen hijos que ya no son ilegítimos para nuestra moderna concepción, pero sin embargo no sabemos muy bien dónde ubicarlos dentro de nuestro esquema de familia. Es que las familias han cambiado en el concepto y en la realidad. Ahora los niños tienen hermanos por parte del padre, por parte de la madre, por parte de la segunda pareja del padre, sobrinos que son hijos de medios hermanos y hermanastros con quienes no tienen lazos sanguíneos, pero sí convivencia fraterna. Madrastras que no se parecen en nada a las brujas de los cuentos y padrastros a quienes aman y a veces pierden después del último divorcio de la madre. El “quién es quién” en estos nuevos rompecabezas familiares ya no lo podemos organizar según los lazos de parentesco físico, sino según los vínculos afectivos que se establecen de muy variadas maneras. Ésa es la gran diferencia ahora: ya no se estipula quién funciona como padre, hermano o tío según la herencia sanguínea, sino que aquel que esté dispuesto a cumplir esa función —con el acuerdo de todos los implicados— simplemente lo asume. 
Extracto del libro La familia ilustrada, textos de Laura Gutman y dibujos de Micaël, Sello Sudamericana, 256 páginas, $490, disponible en todas las librerías. 

Lic. en Psicología Javier Regazzoni
javirega4@hotmail.com


Fecha
01/02/2017
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