Verano de frutas y más líquido. Si tu hijo come menos, ¡no te preocupes!

El verano rompe las rutinas del año, y hay que tomárselo con calma. Nadie dijo que sea fácil combinar las obligaciones del mudo del trabajo adulto, que solo se pueden cortar, con suerte, por 20 días al año, con la rutina de los niños que ahora ya no tienen clases y pasan el día lidiando con el ocio. No es raro que en vacaciones, estemos o no en la playa o literalmente de vacaciones, los horarios de las comidas cambien o que muchas veces haya algo de desorden en el tipo de alimentos que se consume, cantidad y el momento del día para hacerlo.
Si bien los requerimientos alimentarios de los niños no deberían cambiar en esta época de calor y vacaciones, muchas veces, al igual que los adultos, suelen preferir preparaciones más frescas, y tienden a consumir más líquido porque su pérdida corporal es mayor. No debemos preocuparnos porque los niños coman menos en verano. Si son sanos y sin problemas de peso seguramente estarán comiendo lo que necesitan.

“En verano puede que tu hijo prefiera preparaciones más frescas, tome más líquido, o coma menos. Si su peso es normal, no debería preocuparte”

Nuevas frutas
Las frutas a muchos niños suelen no gustarles. Pero los padres deberían insistir con su consumo y, de alguna manera, incluirlas a diario en la dieta ya sea en jugos, licuados, ensaladas de frutas o alguna crema como de banana o naranja. Controlar su consumo es una batalla que no debería descuidarse, ¡aunque se esté de vacaciones!
El verano es la estación ideal para experimentar nuevos sabores de frutas y aumentar su consumo, ya que muchas aportan mucha agua y vitaminas. Sandía, melón, pera, durazno, uvas, ciruelas son frutas que ahora se encuentran y que deben aprovecharse. Ideal incluir cualquier de ellas al momento del postre.

¿Qué tomamos?
El agua es la primera necesidad nutricional. En épocas de calor y vacaciones los niños juegan más al aire libre y también debido a las altas temperaturas es necesario que estén bien hidratados.
Para saciar la sed lo mejor es el agua. Pero también aprovechando que es verano y la combinación de vacaciones, se pueden hacer helados y jugos con frutas naturales.

“Incluir frutas y verduras a la dieta ayuda a la hidratación, ya que son alimentos muy ricos en agua”

Si recién empieza a comer
Si tu hijo tiene entre 6 y 9 meses este verano inaugura le etapa de sus primeras comidas. Por ser una época de mucho calor hay que tener sumo cuidado con la conservación de los alimentos. Los lácteos deben comprarse en lugares de confianza y ser colocados rápidamente en la heladera al llegar a casa. Cortarles la cadena de frío puede hacer que se pongan en mal estado.
A un bebé que recién empieza a comer se le debe cocinar poca cantidad de comida, solamente para el almuerzo o la cena y si deja en el plato no guardarlo para consumirlo en la comida siguiente. Deben beber agua (hervida si se duda de su potabilidad) o agua de frutas sin azúcar.
Si el bebé aún toma pecho hay que ofrecérselo siempre que se pueda, y él marcara la frecuencia cuando esté con su mamá. En verano puede que pida con más frecuencia, siente más sed, es normal.

Diarreas e intoxicaciones
Una duda y preocupación frecuente de las mamás en esta época de calor es cómo prevenir las diarreas e intoxicaciones tan típicas del verano. Varias son las precauciones que se deben tener.
Usar agua potable es una de ellas. Si no hay o se tienen dudas hay que tratarla agregando dos gotas de hipoclorito por litro y esperar una media hora para consumirla. Otra opción es hervirla durante unos cinco minutos aproximadamente.
Importantísimo es usar alimentos seguros. Carnes rojas, aves y pescados son seguros cuando están bien refrigerados y se confía en su origen. La leche líquida es segura cuando fue pasteurizada. La leche en polvo es segura cuando se la diluye con agua potable. Las frutas y verduras deben lavarse muy bien antes de consumirlas.
Tampoco olvidar que se debe siempre mantener limpio todo lo que se usa para cocinar y comer, desde los muebles y la mesada, hasta los cubiertos, tablas y repasadores o rejillas. Para desinfectar siempre se recomienda agregarle al agua unas gotas de hipoclorito.
Donde se guardan los alimentos no hay que poner ninguna otra cosa. Nada de mezclar la comida con los productos de limpieza o insecticidas.
La higiene de las manos es fundamental, lavarlas con agua y jabón especialmente antes de comer y de cocinar, después de ir al baño y luego de cambiar los pañales o higienizar a los niños. Otro punto es mantener los baños limpios y la basura lejos del alcance de los niños.

Para comer, ¡manos limpias! 
Cuando salimos con nuestros hijos al aire libre, a la playa, de camping o cualquier paseo, no debemos olvidarnos de llevar agua fresca. Y si decidimos también incluir una comida (sándwiches, frutas, o lo que sea de alimentos) tiene que ser transportada en una conservadora que permita almacenarla y mantenerla fresca. 
Es importante además que cuando llegue la hora de comer y al momento de suspender los juegos, los niños puedan limpiarse las manos. Si no hay un lugar específico para lavárselas, hay que llevar toallitas húmedas y alcohol en gel. De esta forma se evita que la comida se contamine con gérmenes del ambiente y se previenen enfermedades. 

Batido de kiwi, manzana y naranja 
Ingredientes: 
4 kiwi 
1 manzana 
2 naranjas 
1 banana 
Preparación: Pelar los kiwis y la banana. La manzana se puede agregar con o sin cáscara siempre bien lavada. Cortar las frutas en trozos excepto las naranjas. Exprimir las naranjas y colocar el jugo en la batidora. Añadir el resto de la fruta. Batir hasta obtener un batido homogéneo. Edulcorar con azúcar (usar con moderación). Servir el batido decorando el vaso con una rodaja de kiwi o naranja. 

Analía Martín
Lic. en Nutrición
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