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Marzo/2017

Nuestro hijo empieza el jardín maternal: ¿cómo vivir la adaptación?

El comienzo de la escolarización marca la primera salida al mundo exterior de los hijos, serán las primeras experiencias sin el resguardo de la casa. Los niños aprenden allí una forma diferente de socializar, se amplía su círculo, pero para que esto ocurra se necesita un período de adaptación.

El comienzo de la vida escolar es un momento clave en la vida de los hijos, en el que, como padres, se debe estar atento y actuar en consecuencia. Es fundamental que los adultos estén convencidos de la decisión tomada y transiten este período con alegría y confianza en el pequeño.

¿Qué significa adaptación?
La adaptación es un proceso de acomodación a una situación, hecho o circunstancia nueva. Son cambios que se operan en algo o alguien, con motivo de agentes internos o externos. Como proceso es gradual, progresivo e individual, cada niño lo vivirá de acuerdo a su historia personal y experiencias previas. Lo que sí debemos tener bien claro es, que si bien el que comienza el jardín es el niño, adaptarnos nos involucra a todos.
Algunas consideraciones para tener en cuenta antes de la llegada del gran día:
Elegir de manera consciente el lugar: realizar una primera búsqueda teniendo en cuenta las expectativas que tenemos como padres (propuesta pedagógica, características del niño, zona, referencias, costos, etc). De las pre seleccionadas, entablar comunicación, agendar visita y entrevista.

Entrevista con docentes: Si la institución elegida no tiene como protocolo una entrevista individual con las docentes y ustedes las consideran necesaria, averigüen si es posible gestionarla. A las referentes del grupo cuéntenle todo lo que consideren que debe saber de su hijo, aunque les parezca que puede resultar insignificante, cuanto más conocimiento del niño tienen, más elementos para acompañarlo en la adaptación van a tener.

Reuniones y talleres de padres: concurran a las instancias de intercambio pautadas por la institución, allí muchas veces se plantean temas que no sólo afectan a su niño, sino que se hablan cuestiones típicas de la edad y se aportan herramientas para manejarlo desde casa.

Recorrida con el niño por la institución: recorran con su hijo los diferentes espacios y conversen con ellos sobre los lugares y las diferentes actividades que van a realizar allí, esto es fundamental. Familiarizarse con el entorno hace que los niños no estén ansiosos en el comienzo de clases.

Conversen en casa sobre ese día: Cuéntenle a sus hijos que van a empezar a ir a un jardín, que ese lugar lo eligieron ustedes pensando en lo mejor para ellos, compren juntos uniformes y mochilas, etc. Esperen ese gran día con alegría y entusiasmo. Son ustedes como padres que van a transmitir eso a los niños.

Demuestren seguridad: Acompañar al niño con un mensaje de aliento, demostrando seguridad y firmeza en este paso que van a dar juntos como familia. Recuerden que el lenguaje no verbal es casi igual o más importante que el verbal. Aunque verlos crecer les de nostalgia o les “duela el corazón” siempre adelante del niño traten de mostrarse contentos y seguros, si ustedes están bien, ellos también lo estarán.

Firme y corta despedida: Al momento de despedirse y dejarlos en clase, recuerden dar un cálido, pero corto beso y un mensaje claro: “Mami viene por ti después que coman la merienda”, “vas a pasar muy bien hoy!”, “es un ratito y luego juntos a casa”. No alarguen las despedidas, traten de no dudar corporalmente, el niño eso lo interpreta como inseguridad. Claro que está permitido emocionarse, pero afuera, donde el niño no los vea. ¡Este es un proceso de todos!

Respetar el proceso: Es fundamental que respeten los horarios propuestos por la institución. Son los docentes los profesionales que planifican este proceso, nosotros como padres acompañamos. Muchas veces puede parecer lento pero es así para evitar “falsas adaptaciones”. Estén siempre en hora en el momento de entrada y salida, ya que esto evitará angustia y confusión en el niño.

Cambios en casa y aparición de “dolores corporales”: estemos atentos si nuestro hijo es de los que “no tiene problemas de adaptación” pero desde que empezó el jardín no quiere dormir solo, le cuesta comer, dejó de controlar esfínteres si ya lo hacía o le duele la cabeza antes de ir. Esto es totalmente normal pero nos está indicando que también ese niño, que en la institución no manifiesta dificultades para quedarse, los cambios lo están afectando desde otro lugar. Es importante que ante cualquier conducta que les parezca diferente o les llame la atención lo conversen con sus referentes.


Mariana Casuriaga
Mtra. Ed.Común y Ed.Inicial
Decoración de eventos infantiles
FB:laboutiquedeclementina

Fecha
02/03/2017
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