Los niños y la cocina

Con la introducción alimentaria, comienza también la exploración de sus primeros alimentos, donde también podemos ir contándoles y mostrándoles cuando cocinamos. Allí viene la etapa de meter mano y usar todos los sentidos, siendo el cocinar y el comer, una experiencia multisensorial. Y es el momento de hacer enchastre en la cocina junto a nosotros, algo que se empieza a dar naturalmente a partir del año y medio aproximadamente. Si les damos la oportunidad, ellos solitos empiezan a querer participar en lo que estamos haciendo.
Pueden usar su sillita y colocarla en la mesa, una torre de aprendizaje también puede ser ideal, porque desarrollan su autonomía, ya sea para cocinar, lavar platos o lo que sea. Entonces, el bebé, ya casi niño, se hace parte activamente de la cocina familiar, donde seguramente tendrá mucha más ganas de querer probar los sabores de lo que fue hecho por sus propias manitos.
En este contexto, el niño o niña va a tener la oportunidad de conocer los ingredientes con los cuales cocinamos, cuáles son importantes para su crecimiento y salud, siempre y cuando tengamos en casa productos saludables. Seguirá ampliando su exploración de texturas, sabores, aromas, colores, aceptará con más facilidad nuevos y variados alimentos, y desarrollará habilidades para toda la vida.
A medida que va creciendo va a ir ampliando sus desafíos: poner ingredientes, entreverar, amasar, hacer formitas, desarrollando sus habilidades motoras, para empezar a usar cuchillo primero de plástico y cuando nos demos cuenta va a ser todo un experto con él. Por eso es importante estar siempre al lado de ellos, involucrarlos y darles la oportunidad que se sumen.

Cocinar juntos
Es una actividad tanto de la vida en forma de una rutina, pero que también puede convertirse en un centro de estimulación sensorial. Desde muy pequeños pueden tocar alimentos, olerlos, probarlos, untarlos, machacarlos, hacer diferentes tipos de masas… Para lo cual, vienen muy bien las torres de aprendizaje (se pueden hacer con dos taburetes de madera) por supuesto siempre, con supervisión de papás/mamás o bien, dejarles un pequeño espacio a su altura con una mesita y una sillita adecuada a su edad. No importa que se manchen en estas tareas.
La cocina es un espacio muy útil para entablar conversaciones cuando van creciendo. Para contar problemas, situaciones o dudas cotidianas que les han acontecido. La convivencia en la cocina entre padres e hijos es fundamental en la formación de valores. En ocasiones con el delantal puesto, podemos compartir momentos únicos de complicidad que se transforman en inolvidables.

Mi cocina tiene casi siempre música de fondo, fotos de la familia, recuerdos de viajes…es un lugar que nos hace sentir cómodos. A mis hijos les encanta hacer con la masa las pequeñas croquetitas, galletas, scones, ñoquis, pizza, sandwichs, tortas, muffins…

Tareas en las que los niños pueden ayudarte en la cocina
1. Preparar los ingredientes. Pelar los ajos, separar las uvas del racimo, poner los ingredientes…tareas sencillas que ellos ya son capaces de lograr. Te ahorrará un tiempo valioso y ellos se sentirán satisfechos por haberte dado una mano.
2. Dictar la receta. Si tus hijos ya saben leer, les puedes pedir que te guíen paso a paso en la receta que vas a preparar. Un ejercicio excelente para que entrenen la articulación de palabras y la lectura, a la vez que les permitirá pasar un rato divertido en familia.
3. Guardar la compra semanal. Organizar la compra de la semana con la ayuda de tus hijos puede ser muy entretenido, además, es otra oportunidad para pasar tiempo juntos. También puedes aprovechar la ocasión para enseñarles los nombres y beneficios de algunos alimentos.
4. Pesar o medir ingredientes. Una tarea segura que los pequeños pueden hacer en la cocina es medir o pesar los ingredientes de las recetas. Se trata de una forma diferente de aprender algunas nociones de matemáticas, como sumar o restar, además de hacerles sentir importantes.
5. Organizar los ingredientes. Si hay algo que a los niños les encanta, es sentir que forman parte de las tareas del hogar, por lo que estarán dispuestos a buscar y organizar los ingredientes que vas a utilizar para cocinar. Para motivarlos aún más, puedes pedirles que los organicen por colores, tamaños o formas.
6. Condimentar las ensaladas. Aderezar las ensaladas es muy sencillo, un poco de aceite, un chorrito de vinagre y una pizca de sal. Se trata de una tarea que los niños harán encantados y que los motivará a experimentar más adelante con otras preparaciones y recetas más complejas.
7. Lavar las frutas y verduras. Se trata de una actividad segura y muy entretenida para los peques, aunque probablemente tengas que secar el suelo de la cocina cuando hayan terminado. Mientras lo hacen puedes enseñarles los colores, los nombres de las frutas y verduras, así como sus propiedades.
8. Poner la mesa. Alrededor de los 3 o 4 años, cuando ya pueden caminar, son capaces de mantener el equilibrio y tienen una buena coordinación mano-ojo pueden ayudarte a poner la mesa. Esta tarea les reporta numerosos beneficios desde el punto de vista motor, a la vez que les hace sentir que colaboran en el hogar.
9. Recoger la mesa. El hecho de que los niños recojan la mesa y lleven sus cubiertos, vasos y platos a lavar te ahorra tiempo y trabajo. Además, esto les hace sentirse útiles, a la vez que fomenta el sentido de trabajo en equipo y estimula el desarrollo motor.
10. Preparar una receta. Esta es una de las tareas que más les gusta a los niños: preparar su propio plato. En este caso, tendrás que asumir el rol de ayudante, sobre todo a la hora de utilizar los electrodomésticos. Sin embargo, es una forma excelente de estimular su creatividad.

Cuando cocinamos somos libres, pues con esta habilidad podremos preparar alimentos en cualquier momento de la vida y así también conocer nuestro paladar y preferencias.

Les comparto una receta que acá amamos todos, ¡es de las preferidas de mis pequeños saltamontes! Se las paso versión bebés sin azúcar y más golosa con chispitas de chocolate para toda la familia. Ideal en esta época de invierno donde los cítricos están en su mejor momento. Una receta en la cual ellos pueden participar, midiendo, poniendo los ingredientes, tamizando, cortando, licuando, rellenando los pirotines.

Muffins de naranja (con variante para bebés)
Ingredientes
1 naranja
2 huevos de campo
½ taza de aceite
1 taza de azúcar rubia o ½ taza de pasas de uva (para bebés)
1 taza de agua calentita
1 taza de harina de trigo (integral o blanca)
1 taza de avena
2 cdas de polvo de hornear

Preparación
*Precalentamos el horno a 180C
* Licuamos la naranja, el aceite, los huevos, la avena y el azúcar o las pasas de uva con el agua calentita
*Pasamos a un bowl y agregamos la harina tamizada.
* Mezclamos hasta obtener una pasta cremosa, pero no demasiado líquida.
*Por último agregamos el polvo de hornear y batimos enérgicamente.
* Colocamos en pirotines o budinera aceitada y enharinada o con papel manteca.
* Horneamos por 25 min o hasta que estén dorados y firmes.

Toppings a gusto: fruta picada como frutilla o banana. Para niños más grandecitos: arándanos y chips de choco son nuestros preferidos, pasas o frutos secos.
El formato muffin es ideal para los bebés para comerlas con sus manitos.

Jacinta Luna
www.ricoparabebes.com