No cabe duda que los embarazos gemelares son algo especial. Cuando la pareja de padres se entera que están embarazados y que no llega un solo bebé sino dos, una serie de sentimientos y sensaciones pasan indefectiblemente, de una manera única. Sentimientos y sensaciones encontradas, que deberán, como otras cosas de la vida, poder procesarse, para ir asimilando que ésta es su realidad. Para ello, habrá que informarse adecuadamente, despejando preguntas y dudas.
Los sentimientos ambivalentes que muchas veces se sienten con respecto a este tema, hacen sentir culpables a las parejas. Sin embargo, esta catarata de emociones es producto del impacto que causa la gran noticia, que cambiará sin duda los planes previos y esquemas de vida que tenían incorporados.
Un embarazo gemelar o de mellizos nos sitúa en preocupaciones normales de cualquier embarazo pero suma también la inquietud de atender las necesidades de ambos cuando surjan. Habrá que prestarle atención a dos bebés que se encuentran en el mismo proceso evolutivo de vida, con necesidades de sueño, alimentación, cuidado, atención, entre otros. A esto le agregaremos las “clásicas y universales” preocupaciones con referencia a la atención de la pareja, la falta de sueño, el trabajo, el cuidado de la casa y la economía.
Las causas para que se produzcan este tipo de embarazos y nacimientos pueden ser varias: predisposiciones genéticas de familia, embarazos múltiples a través de tratamientos de reproducción asistida y sus diferentes variantes.
Sin entrar en el terreno de la genética y terminología técnica, debemos distinguir a los gemelos de los mellizos. Los primeros, son quienes nacen de la fecundación de un solo óvulo, que en el transcurso de los días se dividirá en dos embriones. Mientras tanto, los mellizos se producen por dos fecundaciones simultáneas independientes o sea que dos espermatozoides fecundan dos óvulos distintos.
Procesos de individuación y separación
Al hablar de los seres humanos siempre nos referimos a que todos somos únicos e irrepetibles en el mundo. En el caso de los hermanos mellizos la sociedad tiende a tomarlos como una unidad indivisible y muchas veces los nombramos como “los mellizos”.
Los hermanos gemelos y mellizos establecen lazos de relacionamiento muy estrechos con su mamá y con su hermano. Ellos se conectan entre sí de forma muy diferente a cualquier otro tipo de vínculo, recordemos que compartieron durante todo el período de gestación el útero materno y eso les hace tener un lazo muy íntimo. Cuando entre hermanos se identifican más que con cualquier adulto se le denomina “identificación ínter gemelar”.
Y si hablamos de términos, hay que referirse al denominado “movimiento bascular fusión- diferenciación” (1) que ilustra este particular vínculo entre gemelos y que los acompañará durante toda su vida. La fluidez con la que se dé durante todo el desarrollo, resultará en más aspectos positivos o de lo contrario, negativos en la relación.
Aquí el lugar de los papás es muy importante. Desde el nacimiento se debe tener en cuenta el reconocimiento a cada uno por su nombre, que tengan su cama-cuna propia, sus objetos personales, su ropa, sus juguetes, y por supuesto respetar sus características individuales de personalidad. Al atenderlos, es saludable repartir tareas entre los padres, pero es bueno que se intercambien, que no sea siempre el padre que atienda a uno y la mamá al otro sino ambos a ambos. Los mellizos, al igual que cualquier otro niño, necesitan vincularse con cada uno de sus padres.
En el proceso del desarrollo social es sano que vayan pudiendo constituir vínculos en los cuales realicen actividades juntos, pero también separados, con sus respectivos amigos, que se puedan respetar gustos, deseos, preferencias y actividades. A la hora de las responsabilidades también es importante que cada uno asuma las suyas, en cuanto a sus estudios por ejemplo, y que podamos retarlos así como felicitarlos por alguna acción, de manera independiente, no como una unidad.
Estos aspectos se constituyen en pautas que favorecen la diferenciación e individuación adecuadas y van colocando los cimientos para lograr una buena autoestima, que permita que ambos mellizos o gemelos se desarrollen como individuos plenos.
Lic. Sandra Jegerlehner
Psicóloga
pssandra@adinet.com.uy