¡Vamos a jugar! Hoy es con papá

Era un día como cualquier otro: de mañana trabajo, de tarde mandados y burocracias de la vida adulta. Ninguno de los dos sabía que a partir de ese día todo iba a cambiar. El sol de abril entraba por la claraboya, ella temerosa y confiada del resultado entró al baño a hacerse el famoso test. Él afuera arrodillado sobre la pared, esperaba…
Miró una vez aquel palito que traía el mensaje, pero no entendía. Miró nuevamente y un volcán de emociones y pensamientos estalló en erupción. Dos rayitas lo cambiaron todo. Salió efusiva del baño, lo miró, lo quiso levantar, se agachó, lo miró a los ojos y le dijo “vas a ser papá”. Él lloró, la abrazó, se besaron, él caminaba en círculos y la volvía a abrazar… no podía creerlo. Y es que meses antes un diagnóstico errado había pronosticado que este momento, que ahora estaban viviendo, difícilmente iba a llegar.
Allí comenzó la aventura de los dos, de los tres. Los nervios, las ansiedades, los miedos, las fantasías, cada día era más intenso que el anterior. Una montaña rusa a la que los dos se subieron ese 15 de abril…
Como todas las cosas que deben suceder, llegó un momento deseado, comenzamos a sentir que estaba ahí: “patea, se mueve, lo siento”, “vos quédate quieta estoy jugando con mi hijo” o sino “vos quédate quieta que estamos teniendo una charla muy seria”.
Un susto, días de reposo y ahí surge por primera vez la magia. Él golpeaba despacio sus dedos sobre el vientre de ella: “¿qué haces?, nada…juego…se debe aburrir ahí adentro contigo quieta” … y desde entonces padre e hijo no dejaron de jugar.
El acto lúdico no es sólo una acción, un movimiento, jugar es comunicar, expresar, ayudar a nuestros pequeños a elaborar la información que les llega del mundo y a ensayar la realidad. En el juego se construyen ellos como pequeños seres y se edifica uno, como padre, como ser. Debemos entender que jugar es algo serio y que merece nuestro máximo compromiso como padres.
Nosotras, las mujeres, tenemos que reivindicar el rol de los papás desde bien tempranito y darle el lugar para jugar, emocionarse, aprender, errar, para escuchar sus temores y fantasías. La paternidad se ha ido transformando en los últimos años con una implicancia más temprana, con un ser padre más codo a codo con la mamá.
Por tanto, vuelvo a hacer un especial hincapié en la importancia de jugar desde los primeros momentos de vida, aventuren a los papás a hacerlo, ellos tendrán la maravillosa oportunidad de sentir sus movimientos y luego una vez nacidos podrán llevar en conjunto la importante tarea, tan desvalorizada en los últimos tiempos, de jugar.

Una Canción
Esta canción fue la primera que inventé para mi peque cuando sus primeras palabras comenzaron a aparecer. Quería que pudiéramos compartir una melodía con palabras que él pudiera decir, reconocer fácilmente y que le fueran familiares. Si bien no fue tarea fácil, tampoco fue un imposible, por lo que los invito a que se animen a crear canciones para sus pequeños.
Agua, agüita clarita
Agua, agüita de mar
En ti se ve la luna
Que allá arriba está

“Está o no está”
Cuando hablamos de primeros juegos, el “está, no está” se lleva todos los galardones y bien merecidos los tiene. No vamos a explayarnos ahora en su importancia, pero sí quiero que se queden con la idea como es que se da su aparición y la paulatina participación de nuestros pequeños. Los primeros aportes son a nivel mímico-gestual, donde el bebé reacciona a la desaparición de la mamá de su campo visual. Posterior en el tiempo, comienza a emitir risas que luego pasan a carcajadas, con cada reaparición, que de forma natural siempre es con una gran connotación lúdica. Unas semanas después comenzaremos a taparlo con el trapito o babita, y ellos mismos se destaparán, manteniendo siempre la riqueza mímico-gestual que día tras día se va enriqueciendo. Y semanas más tarde, nos tapará a nosotros, a ellos y seguirán con el juego un buen rato. Hasta que, junto a la marcha, comienzan a aparecer las “primeras escondidas”. Ellos se quedarán quietos un tiempo breve esperando ser encontrados, si nos escondemos saldrán a buscarnos o serán ellos quienes se esconderán y saldrán a asustarnos con un “buuu”.

Patricia Olivera
LIC EN PSICOMOTRICIDAD
INSTRUCTORA EN MASAJE INFANTIL