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Julio/2017

Viviendo la paternidad

Existen muchos motivos por los que un hombre puede decidir ser padre una vez que llega a la madurez: puede ser una nueva pareja luego de una ruptura, una relación anterior en la que no se dio el contexto necesario para ser padre, viudez o simplemente una decisión de vida.

En el aspecto biológico, y a diferencia de las mujeres, a quienes las apremia el reloj, los hombres cuentan con la capacidad física de ser padres en cualquier momento de sus vidas.

Papá maduro
La llegada de un hijo para un hombre de 40 años o más supone un punto de inflexión muy importante en su vida. En padres de esta edad, es muy común observar signos de rejuvenecimiento, ya que la energía que requiere un recién nacido aportará al hombre un nueva ilusión que se basa en la continuidad de su vida. Este sentimiento aflora justamente en una edad especialmente crítica en términos de masculinidad, lo cual se transforma en algo altamente positivo.
La paternidad en edades más avanzadas va sin duda condicionada por la madurez que la vida les va dando a los seres humanos a medida que transitan por ella, y entendemos que esa madurez da paso a un hombre, a un padre mas estable y sereno, capaz de brindarle todo su amor, sus ganas y porque no de permitirse disfrutar esa paternidad en el sentido más amplio de la palabra.
No nos olvidemos de todas maneras que la maternidad y la paternidad requieren una buena dosis de paciencia, comprensión, juego y energía.
El rol del hombre ha ido cambiando y ya hace unas cuantas décadas tomó un lugar más ecuánime, más igualitario en la pareja parental, y por consiguiente una actitud participativa en la crianza de los hijos, las responsabilidades y la toma de decisiones es en forma compartida.
Los papás de hoy son ampliamente participativos, se enfrentan a los retos que la paternidad les pone delante, son capaces de trasmitirles valores, y les ofrecen las herramientas oportunas y necesarias a sus hijos, se interesan por su sentir, por sus alegrías, temores y amigos.
El amor y el cariño demostrados diariamente de esta manera y en contacto físico con abrazos, besos, escuchando, nutre al hijo, y fortalece la creación de una adecuada autoestima, donde el niño generará confianza en si mismo, en los demás y se irá aceptando de buena manera.


“Un hombre que se convierte en padre en la madurez, es más estable y sereno, y disfruta a pleno de la paternidad. Este rol ha cambiado mucho y ha virado hacia un papel más igualitario y participativo en la crianza”. 

Papá joven
En el otro eje de la temática que nos ocupa, encontramos otros padres que se ven involucrados en la paternidad a temprana edad, en ocasiones sin decidirlo o manifestado explícitamente, y encaran este proyecto sin haberlo buscado.
En estos casos, y ante la juventud de los noveles papás, los proyectos encarados previamente pueden quedar, debido a la llegada del bebé, suspendidos por lo menos en los primeros tiempos.
En ocasiones se retomarán luego de un tiempo, y en otras quedarán para terminar de concretar más adelante, cuando el bebé ya se ha convertido en niño. Sea de una manera u otra, es saludable para ambas partes, que se pueda retomar lo que quedó pendiente, de lo contrario pueden surgir en el futuro reproches innecesarios.


“Un papá joven es muchas veces menos experiente y con proyectos que debe abandonar para poder ocuparse de su nuevo rol. Será saludable que estas cuestiones personales se retomen para evitar reproches futuros”


En este período podemos encontrarnos con mujeres y hombres, con menos experiencia en cuanto a la crianza de los niños, por lo tanto hasta afianzarse en sus roles, pueden experimentar una carga de ansiedad mayor que otros papás a edades más avanzadas. Sin embargo, es posible que se de la situación de contar con padres jóvenes y con experiencia, quienes seguramente les trasmitan sus propias vivencias, les ayuden y los acompañen en esta nueva etapa de sus vidas.
No nos olvidemos que el aparato psíquico de los seres humanos se desarrolla a lo largo del tiempo y allí se van inscribiendo todas las experiencias buenas y no tan buenas, y puede suceder que la paternidad y la maternidad los encuentre a edades tempranas, donde aún nos seguimos construyendo.
Que cada uno de estos padres, pueda encontrar desde su lugar y su rol, un vínculo basado en el amor, la tolerancia, la comprensión y el respeto por el otro.


Lic. Sandra Jegerlehner
Psicóloga

Fecha
02/07/2017
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