Siempre la mejor opción es que la vianda sea elaborada en casa porque sabemos lo que tiene, cómo fue preparada y nos permite planificar un menú saludable semanal, lo que nos garantiza que nuestro hijo incluirá todos los grupos de alimentos que debe consumir. Y lo más divertido es que los pequeños pueden participar en la elaboración y la casa se llena de ricos olores.
Los menús que brindan las cantinas de los colegios, son una opción cómoda, pero debemos evaluar su calidad. Hay que verificar si son supervisados por una Lic. en Nutrición, ya que muchas veces no es la mejor opción porque tiene preparaciones con frituras y bajo aporte de vegetales y frutas, por lo que la calidad nutricional es mala.
El colegio es un ámbito ideal para que tu hijo adquiera buenos hábitos alimenticios, por imitación. Si sus compañeros comen alimentos saludables, querrá imitarlos. Por lo que es vital ponerse de acuerdo con los otros padres para ofrecer viandas nutritivas.
Un menú semanal
Lunes: Hamburguesas de carne y zanahoria caseras con puré triple (boniato, papa y zapallo)
Yogur con fruta picada
Martes: Ensalada fría de moñitas, queso magro en cubos, tomate en cubos y albahaca.
Barquitos de naranja: naranja cortada en cuartos con miel.
Miercoles: Formitas de fainá de queso y zapallitos con bastones de zanahoria y papa al horno.
Crema de vainilla
Jueves: Torta de atún: consumirla fría para evitar que se ablande la masa con el microondas.
Durazno en almíbar
Viernes: Zapallitos rellenos de pollo acompañados de un timbal de arroz fiorentina (arroz con espinaca).
Granola casera: si la mandamos en una cajita de cereales queda un postre súper divertido!!
Debe incluir:
- Carnes: roja, pollo, pescado y huevo
- Cereales
- Vegetales varios, crudos y/o cocidos
- Aceite en crudo
- Fruta. Si quieren variar, otra opción pueden ser postres lácteos o granola.
- Agua o jugo natural de fruta
Todas las carnes son ricas en proteínas y hierro. Las proteínas forman los músculos y todas las estructuras del cuerpo, por eso es indispensable un aporte diario que cubra las necesidades de tu hijo. El hierro es un mineral que participa en el transporte de oxígeno a través de la sangre, para que a todos los tejidos les llegue en forma suficiente y puedan funcionar bien.
Cereales:
Se incluye: arroz, quinoa, polenta, pasta, fideos, papa, boniato, choclo, masa de tartas, masa de empanadas o leguminosas (lentejas, porotos, garbanzos). Son todos alimentos fuente de energía.
Vegetales:
Es muy importante que los vegetales tanto crudos como cocidos estén presentes en la alimentación diaria ya que, además de aportar agua y fibra, son una excelente fuente de vitaminas, minerales y antioxidantes, que cumplen funciones indispensables en nuestro organismo. La fibra contribuye a un buen funcionamiento intestinal y además, al exigir masticación, otorga saciedad y evita que el pequeño tenga la necesidad de consumir alimentos no saludables ricos en azúcares y grasas.
Aceite:
El aceite debe agregarse en crudo a los vegetales o cereales. Se recomienda transportarlo en un frasquito de plástico con una tapa segura y condimentar al momento de comer. El aceite es fuente de vitamina E (antioxidante) y de grasas esenciales que nuestro cuerpo no las sintetiza pero sí las necesita, por lo que las debemos aportar a través de la alimentación.
Para que sea un almuerzo atractivo…
*Deberá ser del gusto del niño y estar bien presentada, de esa manera nos aseguramos que la consuma y no la tire o la intercambie por otros alimentos con sus compañeros.
*Hay que ser creativo y ofrecer variedad de alimentos y de colores, evitando caer en la monotonía de preparaciones repetitivas.
*Es importante conversar con el niño y planificar juntos el contenido de la vianda para obtener su aprobación.
*Y porque no, ¡preparar la vianda con ellos! Que los chicos participen en la cocina, es una tarea entretenida, saludable y le inducimos a consumir preparaciones caseras. El participar en la preparación de un plato demuestra un interés especial por ver los resultados finales y probarlo. ¿En qué momento pueden ayudar? En recetas de elaboración simple y que no requieran fuego, en preparaciones previas (unir, batir, mezclar) y en la decoración, ¡lo más divertido!
Frutas:
Al igual que los vegetales son excelente fuente de agua, fibra, vitaminas, minerales y antioxidantes. Lo ideal es comer varias cada día, incluyendo de diferentes colores, con cáscara cuando sea posible. No siempre tienen que consumir la fruta al natural, podemos buscar otras alternativas para lograr incorporarlas en forma más divertida. Algunas ideas: jugos de frutas, batidas con yogur, compotas, asadas, ensalada de fruta, frutas en almíbar, gelatina con fruta picada o simplemente mandarla en un tupper cortada en gajos y espolvoreada con azúcar y limón o con miel. El postre lo podemos cambiar algún día de la semana por crema, flan, arroz con leche o granola.
Líquidos:
Otro hábito a incorporar es el consumo de agua o jugos de fruta naturales y reducir el de bebidas gaseosas y jugos artificiales, por su alto contenido en azúcares y porque al no ser naturales, contienen colorantes, aromatizantes y conservantes que es preferible evitarlos, y aún más en los niños. A su vez, si se consumen en grandes cantidades pueden disminuir el apetito, sumado al gas contenido en los refrescos que provoca distensión abdominal. Como consecuencia se sustituyen los grupos de alimentos anteriormente indicados, ricos en nutrientes necesarios, por líquidos que contienen “calorías vacías”, es decir que no aportan ningún nutriente beneficioso. Que nuestro hijo elija su botellita o cantimplora preferida y sea hábito de todos los días llevar el agua, la limonada o el jugo desde casa.
Seguridad e higiene
Para que la vianda sea segura, deberá ser elaborada con las máximas medidas de higiene y mantenerse a una temperatura adecuada para evitar el crecimiento de microorganismos contaminantes. *Lavarse las manos antes de preparar la vianda. *Algunos microorganismos pueden multiplicarse muy rápidamente si el alimento es conservado a temperatura ambiente, independientemente de la época del año. Por debajo de los 5ºC o arriba de los 60ºC el crecimiento microbiano se hace más lento o se detiene. El invierno no es argumento para dejar la vianda a temperatura ambiente. Por eso, enfriar rápidamente la comida y guardarla en la heladera hasta antes de salir a la escuela. Cuando el niño llegue a la escuela deberá entregarle la vianda a su maestra para que la refrigere inmediatamente hasta la hora del almuerzo. *Lavar el envase de la vianda con agua caliente y jabón.
Valentina Baccino
LIC. EN NUTRICIÓN / COACH NUTRICIONAL
www.valentinabaccinonutricion.wordpress.com