Estrés en el embarazo

El sólo hecho de estar embarazada puede ser causante de estrés. Recordemos que durante el embarazo existe un gran peso hormonal que tiene un impacto directo en nuestras emociones, que durante éste período se encuentran a flor de piel.
Durante la gestación, la mujer se siente vulnerable, sensible, movilizada, puede estar más irritable y ni que hablar cansada. Tendrá que convivir con cambios de humor constante y quizás puede verse llorando frente a una película que hasta ahora no le generaba ninguna sensación.
Cómo la mujer se encuentre transitando esta etapa, las expectativas que tenga sobre este período, sobre el nacimiento y la llegada de su bebé, el apoyo con el que cuente o no, y hasta como fue concebido, entre otros, son factores que tendrán influencia directa para que tenga una vivencia estresante o por el contrario positiva.
Por eso es importante que la mujer pueda vivir su embarazo en un ambiente saludable y contenido para que viva su maternidad como una experiencia positiva, plena, feliz.

El estrés es la respuesta a determinados estímulos, que puede ser frente a algo puntual y específico, como sentir miedo si venimos caminando a la madrugada en una calle oscura o si tuvimos una caída, lo que es diferente a vivir situaciones de estrés constante de forma cotidiana, que por supuesto no tiene el mismo impacto.
Como sabemos un estrés prolongado tiene consecuencias en la salud de todo ser humano. Ahora bien, ¿cómo influye durante el embarazo y en el bebé?
Cuando estamos estresados, se pueden alterar los niveles de algunas hormonas, entre ellas la llamada “hormona del estrés” el cortisol, la cual afecta a la embarazada, pero también al feto ya que atraviesa la barrera placentaria. Cuando este estrés es severo y prolongado, puede traer consigo consecuencias como parto prematuro o bebé con bajo peso al nacer, entre otras, además de derivaciones a largo plazo que pueden influir en el desarrollo del bebé.
Es decir, que la calidad de vida y las situaciones de angustia y estrés en el embarazo, tendrán un impacto directo en el embarazo, el nacimiento y en el pequeño.
Es realmente importante poder prevenir, por eso es recomendable que la mujer transite la gestión en un ambiente saludable, con un cuidado integral, para que pueda vivir una buena experiencia.
En ocasiones, amerita el apoyo de un profesional dónde existen posibles intervenciones, pero esto no siempre es necesario, y aún así existen otras alternativas, más simples incluso complementarias que pueden tener un gran impacto positivo en la salud materna.
Estas alternativas son tan simples como mantener una nutrición saludable, rica en ácidos grasos Omega 3, realizar ejercicio, mantener un descanso adecuado, tener tiempo para una misma, lo que podría complementarse con masajes y medicina tradicional china.

En conclusión, es importante que la mujer transite esta etapa contenida, rodeada de apoyo social y emocional, en un entorno saludable, que le permita vivirlo de forma relajada y feliz para poder disfrutar de ese momento y recibir a su bebé con la mejor experiencia.

Ximena Querol
Asesora en lactancia materna