Emociones positivas
Entre la expectativa de la navidad y el cierre de los ciclos educativos se hacen presentes emociones muy variadas. En los más pequeños son vividas con una gran intensidad en el cuerpo, especialmente en las etapas previas al acceso a la palabra. Así la demanda de atención y euforia se exterioriza con mucha facilidad. Los más grandes se muestran inquietos, haciendo muchas preguntas y tratando de adelantarse a lo que sucederá. La intensidad de estas emociones genera un terreno ideal para el aprendizaje y la generación de nuevas habilidades sociales.
Emociones positivas como la alegría, interés y empatía favorecen el desarrollo de recursos intelectuales. Las conductas auxiliares del aprendizaje, como la atención mantenida y la tolerancia al cansancio, se ven favorecidas en aquellos niños que encuentran un estímulo sobre sus emociones positivas.
Los niños que poseen estímulos positivos demuestran menos intentos improductivos para manejar la ansiedad y la frustración. Las emociones positivas son generadoras de tenacidad y perseverancia ante las dificultades, favoreciendo el mantenimiento de esfuerzos para alcanzar objetivos. Así, habilidades como mantener el esfuerzo, promover el alivio y reponerse ante el cansancio, se asocian con los pensamientos generados por las emociones positivas.
Los regalos
Los juguetes cumplen un rol muy importante en el desarrollo de capacidades intelectuales y emocionales a lo largo del desarrollo. Inicialmente, casi cualquier objeto, por su forma, color o movimientos, será tomado como un juguete. Más adelante la elección será más selectiva: animales, vehículos, naturaleza y formas geométricas, captarán la atención del niño para luego dar paso a los juegos creativos, con participación de otras personas y la aparición de reglas.
En cualquier caso, la presencia del adulto resulta fundamental para que el juguete se transforme en un generador de creatividad. La función del adulto será -a diferencia del juguete- insustituible.
Niños hiper regalados y juguetes didácticos
Hoy sabemos que el exceso de juguetes puede transformarse en una gran limitante del desarrollo, restringiendo la capacidad creativa y favoreciendo al aburrimiento temprano.
El síndrome del niño hiper regalado está siendo estudiado en pequeños que presentan dificultades para tolerar las frustraciones y una marcada necesidad de satisfacer rápidamente sus deseos.
Los juguetes didácticos resultan muy beneficiosos para el desarrollo de las capacidades cognitivas y emocionales. Los aprendizajes surgidos de la curiosidad pondrán en marcha la integración de distintas funciones cerebrales, propiciando el desarrollo del lenguaje, la empatía y el deseo de aprender. En este sentido, la elección de los juguetes debe llevarse a cabo según la edad y los intereses de cada niño.
Recuerdos que perduran
Las vivencias que perduran en la memoria están ligadas a las emociones positivas generadas junto a otras personas. De este modo, en la vida adulta, podemos repasar las experiencias que resultaron más significativas durante la infancia. Así, las vacaciones, la navidad y los recuerdos de la escuela tendrán mayor presencia que el generado sobre objetos materiales.
Lic. Javier Regazzoni
javirega4@gmail.com